Sobre las réplicas del miedo.
27. F. 2010
El terremoto sacudió el polvo y las conciencias, remeció la inercia y el aburrimiento y atentó contra nuestros cimientos materiales, psiquicos y trascendentales.
El terremoto nos sumió a todos en un estado de sueño profundo, sumergidos en la misma gran piscina del miedo, en esos instantes éramos frágiles y redescubrimos que lo somos, la naturaleza lo quiso decir, lo quiso recordar. El terremoto nos igualó, en esos instantes de angustia y miedo éramos todos humanos, todos partículas prestas a ser volatizadas. La tierra se despegaba de los pies, se separaba de nosotros y nos rompía, provocando quizás unos de los temores más grandes de nuestra especie.
Pienso que las distinciones por género y sexo no deberian alcanzar otras dimensiones mas allá de la biológica, pero quizas no es tan errado afirmar que las mujeres sienten un temor mas fuerte, les es mas difícil mantener la calma, reaccionan con histeria e irracionalidad; es la tierra que contiene los frutos la que se aleja, le abandona, volviéndose una antimadre del mundo... de la realidad entera.
La mujer teme por sus hijos que no están cerca, al alcance de su protección, de ahí proviene el terror, de la impotencia, de ahí el sentimiento de casi-culpa.
Al vivir un terremoto de manera terrorifica (entiendase eso por cualquier circunstancia que agraba la sensación de vulnerabilidad ante el terremoto; -gritos, desesperación de otros, pisos altos, destellos de luces, etc). Es difícil no imaginar la necesidad en la creencia de un orden superior, urge una fuerza que calme y ponga todo en orden nuevamente. En esos instantes, muchos claman piedad, misericordia, otros se preguntan con horror ¿Qué es esto?.
Como me dijo un amigo, un terremoto remueve los niveles ontológicos del ser: es la tierra sobre la cual se alzan los pilares, la base, la máxima expresión de la realidad...
Desde el cielo puedes caerte, en el agua te puedes hundir, pero que se caiga la tierra, donde se hiza la construcción de nuestra humanidad inunda de un miedo profundo y antiguo, no filosófico, sino instintivo.
sábado, 27 de marzo de 2010
jueves, 25 de marzo de 2010
Coigüe
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