viernes, 13 de diciembre de 2019

Entera

El año en el cual descubrí mi fragilidad y cayeron como ruinas mis fortalezas,
entre el polvo disipado apareció mi piel, blanda, pálida de negación y de olvido,
cubierta de fronda espina evadida de sol,
miré en mi propio abismo
tenía miedo, pánico de mirar,
y tuve que caer
dar vueltas en remolinos sin centro
colgar de sogas sueltas a la deriva
doblarme como duende origami
y cabalgar sobre los relámpagos del inframundo
y no había sólo oscuridad,
tampoco había sólo desorden
no sólo finitud y encierro,

había espera
había silencio
había exceso de mi,
tanto de mi que tuve que tragarme,
tanto de mi que pude rellenarme,
esparcirme hasta mis bordes y sobreabundarme
me rebalsé desde el hastío,
no tuve escapatoria

la nube avanzó un poco más
y se aclaró el paisaje ante mi abismo,
mi fuente alquimia de azares,
y entre lágrimas declaradas al mundo,
desde mi decreto de tristeza brotó
 valiente mi fragilidad,

Pobre de mi
cuando tan incólume era, tan firme e intacta,
tan esclava de pinceles invisibles,
extraviaba mis propias piezas
era mi propio puzzle imposible.




 Escapismo ilógico I Desperté abrumada,  no había alcanzado a resolver el dilema durante el sueño y aún tendría que esperar por una señal má...