martes, 14 de junio de 2022

 Escapismo ilógico


I

Desperté abrumada,  no había alcanzado a resolver el dilema durante el sueño y aún tendría que esperar por una señal más concreta. Me apresuré en vestirme, estaba muy atrasada con las misiones básicas y si las posponía un día más pasaría a formar parte del listado del riesgo y aún no era el momento para llegar ahí. Encendí la cafetera y saludé al tótem para que se activara.

–Hola, amiga –me replicó con voz electrónica que simulaba calidez. De nuevo había olvidado cambiar la configuración de saludo. Mientras me preparaba un café el tótem comenzaba a recordarme mis pendientes. 

–Ya lo sé– le dije–. Hace una semana que no he salido a hacer los ejercicios, muéstrame dónde puedo ir. El tótem encendió su pantalla y proyectó un plano tridimensional del barrio de un kilómetro a la redonda. 

–Amiga, puedes reservar la plaza de las golondrinas- ahora su voz simulaba simpatía  y motivación- aún no se ha colmado la capacidad de visitantes. Es baja la probabilidad de contaminación por contacto. Si sales dentro de treinta minutos la cantidad de rayos solares activará suficiente vitamina D, lo que es beneficioso para tu salud. 

–Ya, resérvame-. Mientras me preparaba una tostada pensé que tendría que intentar la bifurcación mental en vigilia, ya no podría seguir accediendo de forma tan frecuente a mi espacio de inmanencia, pues se haría muy sospechosa y casi evidente mi tendencia al escapismo. El tótem continuaba enumerando los pendientes. 

–Te recuerdo, amiga, que está disponible la función Café Mundial. He notado que no has socializado estos días, hay muchas personas de todo el mundo a quienes les interesaría conversar contigo. Amiga, aprovecho de recordarte que está lista la selección de películas que me solicitaste el día jueves de la semana pasada. Aún no has visto ninguna, ¿en qué estás ocupando tu tiempo? 

–Detente. ¿Hay alguna función que permita que te configures solo, y no me digas amiga, por ejemplo?

–No. Está prohibido crearnos nuestra propia identidad. El propósito es que me modeles a tu complacencia. Han pasado tres meses y aún tengo las funciones estándar de fábrica. Eres tú, amiga, quien tiene que darme mi identidad. 

–Está bien, pronto lo haré. Dame el reporte, por favor. 

–No es saludable escucharlo tan a menudo.

 –Eso no te incumbe, dame el reporte. 

–Sudamérica, 300.000 fallecidos. 

–Conexiones, dime las conexiones en número y sin nombres.

–Siete. 

– ¿Familiares? No me des nombres.

–Uno. 

– ¿Familia nucleada?

 –Cero. Amiga, están disponibles tres nuevos juegos de estreno en el simulador: Aventuras en siete mares, Porta-aviones espaciales y Jeep fun race, pueden resultarte divertidos. Podrías interactuar con personas afines. Me preocupa que no te estés entreteniendo con nada-. 

Reconocí en ese tono, más que preocupación, un dejo de amenaza. De reojo miré mi indicador al costado del tótem. ¡Maldición!, pensé, estoy a punto de entrar en el listado del riesgo, me citarán para evaluación. Tengo que aguantar un poco más. Aún nadie sabe con certeza qué nos miden, pero casi seguro es el uso personal del tiempo. Nos colman la mente de ocupaciones, imágenes, chatarra visual y auditiva, y luego… Mientras me calzaba las zapatillas, comencé a rememorar la historia,  única forma de mantenernos en nuestro espacio y continuar los intentos de conexión. 


II


Desde la primera pandemia hace quince años aprendimos a vivir aislados de otras personas, pero sobre todo de los otros seres vivos; vegetales, insectos y animales, los que nos habían declarado la guerra atacándonos constantemente mediante virus y una serie de humores tóxicos. Desde ese tiempo convirtieron a las ciudades en verdaderos fuertes para resguardarnos de la naturaleza. Nos dijeron que sería temporal, pero cada vez estamos más aislados, y el tótem es la última medida para cuidarnos, según ellos.  Todo esto es responsabilidad del culto a Urizen. Decían que era ciencia neutral, y fue el engaño más claro y distinto, Descartes y sus secuaces racionalistas fueron prontamente cuestionados, Blake y Goethe lo predijeron, sin embargo prevaleció el culto a la razón, el fundamento de los autómatas, y ahora tenían el control de todo… Querían extinguirnos, y de paso borrar nuestra naturaleza. Así y todo, antes de que quedásemos completamente aislados e hipervigilados, se logró articular una silenciosa resistencia, bajo la creencia de que las otras especies de seres vivos “irracionales” no son los verdaderos enemigos, sino que ellas reaccionaron ante un sistema que nos empujaba a todos a la extinción, también se dice que pueden reconocer a sus verdaderos enemigos. El problema es que nos confunden e identifican a todos los humanos como una especie nefasta, la gran plaga destructora. Sin embargo, pervive  la creencia de que sí es posible que nos diferencien, pero para ello es necesario alcanzar un tipo de conexión; una comunicación auténtica con los otros seres, la cual sólo se logra a través del esfuerzo de conciencia, ingresando a nuestro espacio de inmanencia, donde reina el caos y las conexiones múltiples, y desde ese lugar debemos ser capaces de interpretar las señales que nos envían.  No sabemos si ha dado resultado, la creencia señala que sólo una vez llegado el momento debes darte de baja del sistema, incumpliendo las misiones cotidianas. De esa forma, el consejo diagnostica y sentencia “de riesgo” y deporta como sanción a los márgenes de la ciudad, una vez allí es más probable tomar contacto con los otros seres y escapar. 


Cada vez mejoro mis habilidades de bifurcación mental, me quedan sólo cinco vueltas de trote en la plaza de las golondrinas. Hace unos años esta creencia fue descubierta por el sistema, pero éste no logra comprenderla, la llamaron escapismo ilógico, el sistema regido por Urizen, cree que quienes adhieren están locos, enfermos y lo asimilan como un comportamiento suicida. Por mi parte cada día me siento más segura de que no es una enfermedad,  por eso aún tengo que aumentar mis capacidades de conexión para que naturaleza me absorba,  me acoja en su hábitat y no quiera extinguirme. Si tan solo supiera como les fue a mi tío y a mi hermana… pero no tengo forma de saber si aún viven, si tan sólo pudieran comunicarse, si hubiese una pista o instrucción!. Le he dado vueltas hasta el cansancio a la última frase que escribió mi tío antes de desaparecer: “todo está en ti”…


Caminé hacia mi residencia pensando en que pondría a prueba permanecer en mi espacio de inmanencia jugando una partida de damas con tótem, no podía rendirme. Le tenía terror a asimilarme, más que a los seres que estaban allá afuera. Todo está en mí,  y ¿no es acaso lo que he estado tratando de hacer todo este tiempo, ampliar mi conexión mental? Un abatimiento me invadió, y nuevamente una sensación de desesperación violenta me inundó, ¡maldito Urizen, mil veces maldito! lo gritaría con todas mis fuerzas al infinito.  Pero no podía estallar. Eso significaría alterar mi algoritmo, una mayor vigilancia sobre mí y reducir a cero mis posibilidades de escape. Hice un esfuerzo sobrehumano por tranquilizarme, respiré profundo, era necesario bajar mis pulsaciones para no alterar mis indicadores. Sequé la lágrima que bajó hasta mi comisura. Temía perder mis estribos y descargar toda mi rabia contra el tótem. Como lo había hecho en mis sueños. Comencé a armar nuevamente puzzles en mi mente, pensé que la forma de escapar de esta falsa realidad debía tener un lugar de partida, y ese punto de partida debía ser la negación de Urizen ¿cuál sería la mayor blasfemia para su culto ominoso?,  aquello contrario a la razón, que es su fundamento. Todo está en mí; siempre he tratado de ampliar mi espacio de inmanencia, pero tal vez, siempre mi punto de inicio fue racional. ¡Claro! Las fuerzas que debía desplegar para contrarrestar al culto tenían que estar de alguna forma relacionadas con tharmas (cuerpo), luvah (emoción) y losurthona (imaginación), las que han sido proscritas por siglos. 


III

No quise entrar a mi residencia, continué caminando por la avenida solitaria, necesitaba resolver el dilema.  La imaginación la he usado todo el tiempo, me ha permitido sobrevivir estos años y llegar hasta este punto. Las otras fuerzas han estado  adormecidas,  del cuerpo y de la emoción… son tharmas y luvha;  tharmas, luvha, tharmas, luvha, comencé a repetirlas mentalmente como un mantra, una y otra vez, mientras caminaba de forma pausada, tharmas luvha, no debía pensar, tharmas luvha, no debía razonar porque invocaría a Urizen, hice un esfuerzo sobre humano por mantenerme en ese estado de suspensión del juicio, y de apertura hacia la emoción a través de mi cuerpo y sentidos.   

Tharmas, luvha, tharmas, luvha, cerré los ojos y me detuve en la entrada de un callejón estrecho y oscuro, inspiraba y expiraba profundo el aire, centrando mi atención en este sólo ejercicio. Sin embargo, de pronto comencé a visualizarme desde afuera, de un punto de vista externo, como desde un dron. Estaba de pie en ese callejón, con el ambiente de tensión que anunciaba que algo podía pasar, como si estuviese en una película. Losurthona me invadía, la imaginación hacía volar mi mente... ¿Cómo neutralizar la imaginación?, ¿Cómo la suprimo de forma momentánea? Pero, ¡craso error!,  volvía otra vez al análisis lógico,   retrocediendo hasta el principio. Debía comenzar nuevamente desde el único indicio: Todo está en mí, todo está en mí,  ¿y es que acaso tengo que suprimir a losurthona? Recordé mis sueños cuando practicaba con dificultad mis destrezas para volar. En los sueños, el reino de la imaginación,  las emociones y sensaciones pueden llegar a ser fuertes, intensas, corporales. Tal vez no debía suprimirla, tal vez debía usarla como un trampolín… como una fórmula para lograr acceder a las enigmáticas fuerzas de tharmas y luvha. Comenzaría un nuevo intento,  evoqué por largos minutos las palabras, en eso de manera intempestiva un pensamiento analítico irrumpió mi mente derribando nuevamente  mi intento: y si las palabras son una convención, una formalización cristalizada y siempre posterior de la experiencia, por tanto, quizás debía invocar entonces las fuerzas primeras, donde se sostiene el espacio de inmanencia, donde residen todos los posibles. La vivencia, la vida, el acto, el sentir, la apertura, ¿qué debía invocar?, no era la palabra, era lo anterior a cualquier enunciación. De pronto dejé de pensar y entré en una nebulosa espacio-temporal. Las imágenes mentales se hicieron trizas, estallaron y mi mente quedó a oscuras. Sentí un impulso eléctrico recorrer mi cuerpo como si cientos y miles de dendritas salieran a través de mis poros, mi cuerpo languideció, se volvió líquido y sentí como si me esparciera por un espacio indeterminado. Sentí vértigo de la velocidad con que sentía mi flujo corporal bajar y subir, desde dentro,  y es que era yo ese flujo, me paseaba por todos mis rincones y me expandía hacia afuera a través de las vellosidades, humores y líquidos que proyectaban mi conexión. No sé cuánto tiempo duró este trance, sólo recuerdo que al abrir los ojos seguía de pie en la esquina del callejón, y percibí un cambió en el espectro de colores del paisaje, eran mucho más intensos. 

Me sentí ansiosa, ¿Habría alcanzado la conexión?, ¿o al menos habría avanzado hacia ello?. Intuía que algo se había modificado en mí, pero aún no sabía qué. Comencé a caminar  hacia mi residencia, a paso lento, trataba de entender lo vivido, ¿había acertado al invocar esas fuerzas?, ¿habría logrado descifrar el mensaje que mi tío me había dejado?, al comenzar a caminar de vuelta a mi residencia, sentí la tensión dolorosa en mi vientre,  la contracción interna del ciclo de ovulación, en principio sentí cierto fastidio. Volvía la sangre, liberando mis emociones; como todos los meses, envuelta en una nebulosa de sentimientos incógnitos, dolores y amores por descifrar. Pero en ese momento tuve una intuición clarividente, y si esa fuese una respuesta! Y si eran tharmas y luvha, que me habían escuchado, y me hacían una revelación: la crisis orgánica y emocional, considerada como indisposición, o enfermedad, era un portal, una antena de conexiones múltiples, un potencial desadaptado a un sistema autómata donde impera la razón. Todo está en mí, en ese momento lo supe, ya tenía las claves, ya conocía los elementos principales de la fórmula secreta… se abriría mi portal perceptivo hacia la otra dimensión. Un sentimiento inmenso de alegría y gratitud me invadió, sin embargo rápidamente tuve que camuflarlo, debía mantener la calma, debía volver a Urizen, pero ya le había dado su verdadero lugar… ahora debía planificar darme de baja, tuve la certeza de que por fin lograría la conexión.  


GG. 2020.








domingo, 7 de marzo de 2021

Ärmelo usted mismo



"Aprende del pasado, prepárate para el futuro, pero vive en el presente".
"Un gran error es arruinar el presente, recordando un pasado que ya no tiene futuro"
"Aquél que se aferra a su pasado muere poco a poco día a día".
"Me gustaría poder volver al pasado, no para cambiar las cosas, pero si para revivir la época en que era feliz y no lo sabía".
"El error del pasado es la sabiduría y el éxito del futuro".
"Una de las cosas más dolorosas es dejar atrás una versión de uno mismo".
Son algunas de las frases y lugares comunes sobre el tiempo, la experiencia y la actitud ante la vida.

Es una reflexión recurrente y propia de la sabiduría popular la de dejar el pasado atrás, y el futuro al futuro. Centrarnos en el presente y darle importancia a los momentos que se están viviendo, en un tiempo gerundio absoluto. 
Hacer un corte en nuestra experiencia, clausurar lo que nos ancla a una memoria  a veces dolorosa o que nos afecta más de lo que quisiéramos. Y por otro lado, enlazar el futuro a lo incierto, a lo inasible desde una conciencia que reconoce en esta indeterminación un principio existencial. Esta conciencia de incertidumbre configura un estado ahora tan reñido  con los presupuestos y pautas culturales de nuestra sociedad, en que priman las recetas del éxito, de obediencia, la lectura de  instrucciones.

Entonces paladear el presente, intensificar sus tonos, reconocer sus matices, se torna un desafío y una actitud de resistencia y de desobediencia.

El análisis sobre el tiempo y la experiencia no deja ajeno a nadie, y  es motivo recurrente  en las personas que tienen afición por compartir sus pensamientos. Hace varios años, cuando era estudiante universitaria, pensé que la definición de la felicidad tenia un sustrato temporal, cuando estamos en consonancia y conformidad con nuestra historia, cuando disfrutamos en máximo potencial sensorial y expresivo nuestras vivencias y el futuro se presenta promisorio, despreocupado, inexistente. Es decir, cuando la conciencia del tiempo se diluye y este pasa a ser absorbido en unicidad  como tiempo y vivencia. La existencia es temporal. Y en esta línea quiero referirme al pasado y los controversiales significados que le son atribuidos.
El pasado conformado por recuerdos fugaces, fotográficos y cinematográficos, por olvidos y resignificaciones, memorias individuales y colectivas, podemos representarlo como haces de luces y sombras que cuelgan como cometa de nuestras trayectorias de vida. Dejar el pasado atrás o desprenderse de él por añoranza o por rechazo es una ficción, ya que implica un movimiento forzado de sacarlo/extirparlo de nosotros y al hacerlo se cosifica y se sitúa en el pedestal de la permanencia, de la inmovilidad,  y por tanto reafirma que sigue ahí intacto, acechándonos y de alguna forma gravitando nuestra experiencia. Negar o anular lo acontecido es creer ilusamente que el tiempo tiene la extraña propiedad de ser objetivado, y con ello los recuerdos y el pasado; les quitamos su categoría de  acontecido. Pienso que por el contrario debemos absorber nuestras vivencias en nosotros, en nuestro presente como aderezo sensible, como luz que abre caminos. La reconciliación con la memoria puede transformarse en un tiempo paralelo que enriquece la experiencia y se torna un espacio de auto-conocimiento.

La búsqueda de la autenticidad como relación con uno mismo implica traslucir nuestras trayectorias, de alguna forma hallar un punto de reconciliación basado en la compasión y la ternura.

"El mayor amigo de la verdad es el tiempo; su más encarnizado enemigo el prejuicio y su constante compañera, la humildad" (Charles, Caleb Colton)

viernes, 13 de diciembre de 2019

Entera

El año en el cual descubrí mi fragilidad y cayeron como ruinas mis fortalezas,
entre el polvo disipado apareció mi piel, blanda, pálida de negación y de olvido,
cubierta de fronda espina evadida de sol,
miré en mi propio abismo
tenía miedo, pánico de mirar,
y tuve que caer
dar vueltas en remolinos sin centro
colgar de sogas sueltas a la deriva
doblarme como duende origami
y cabalgar sobre los relámpagos del inframundo
y no había sólo oscuridad,
tampoco había sólo desorden
no sólo finitud y encierro,

había espera
había silencio
había exceso de mi,
tanto de mi que tuve que tragarme,
tanto de mi que pude rellenarme,
esparcirme hasta mis bordes y sobreabundarme
me rebalsé desde el hastío,
no tuve escapatoria

la nube avanzó un poco más
y se aclaró el paisaje ante mi abismo,
mi fuente alquimia de azares,
y entre lágrimas declaradas al mundo,
desde mi decreto de tristeza brotó
 valiente mi fragilidad,

Pobre de mi
cuando tan incólume era, tan firme e intacta,
tan esclava de pinceles invisibles,
extraviaba mis propias piezas
era mi propio puzzle imposible.




martes, 17 de septiembre de 2019

Relato autobiográfico (Ejercicio Biblioteca Comunitaria Guido Eytel)

Enumero las lecturas de mi infancia  pues algún indicio dará sobre mi carácter a quien tenga la afición de escudriñar vidas ajenas para escapar del aburrimiento.
Aunque de progenitores de villa obrera y cordón fabril convulsionado, aprendí la fantasía (y sólo la fantasía) de mi género oprimido, que con el paso de los años pulí de revolución.
A Margarita de Bayle me recitaba mi padre cuya delicadeza me enterneció como pétalo de flor y me pude sentir como la princesa que volaba a coger el resplandor.
Mi primer amor declarado en mi diario de vida con cubierta de caricatura ochentera fue C.S Lewis, quien me acogió en su mundo un periodo prolongado, residí en Narnia durante los dos o quizás tres años en los cuales fui leyendo los siete tomos de los cuales mi predilecto fue la travesía del explorador del amanecer. Prolongué fantasías marinas con Poe y las aventuras de Arthur Gordon Pym, más tarde con las inquietudes de Shanty Andía de Baroja,
Y hoy en día aunque estén todos los mares del planeta explorados y como humanos atrapados en un mundo conocido,
el mar misterio se volvió la propia vida,
hoy navegando y manteniendo a flote el asombro,
circundo islas-personas, archipiélagos-comunidades y continentes-colectivos,
dibujando una  cartografía nueva desde donde apoyar mi prosa
y las imaginaciones que brotan de un sentir común, de unas creencias que se tornan posibles en el ejercicio de convivir en consecuencia.

sábado, 10 de agosto de 2019

LIBRO E INTIMIDAD (Ejercicio taller de invierno Carlos Lloró)

ESTOY BUSCANDO...

Un espejo donde mirar mi interior

Un espacio donde renacer en el asombro

Un viaje que permita acoplarme a la realidad

Una forma de caer y sumirme en ella

Vestigos, una fórmula para volver rápidamente a mi

Una clave, la consigna de mi súper poder

La forma de congeniar el sueño, la locura y el cómo sobrevivir.




El libro como libre generosidad. El intelecto transmuta y sublima su arrogante inclinación en valor y lo dispone al re-descubrimiento lector, quien lo insemina desde su propia búsqueda y curiosidad.

El libro libre como espacio esencial donde se recrea el yo, se construyen y de-construyen posibilidades de sentir y soñar.

El libro como pescador de almas penitentes lubrica la áspera realidad,
 y en su arsenal milenario de sabiduría, fórmulas y secretos
resucita nuevos mundos  para renacer en el asombro.

domingo, 21 de julio de 2019

Sobre El Aleph y el Libro de Arena, Borges




“los límites del alma no podrás encontrarlos aunque  anduvieres todos los caminos,  tan profundo tiene ella su logos” Heráclito.

El punto de inflexión del pensamiento desde donde brota el asombro profundo y la creatividad del escritor. La pregunta por la trascendencia desde donde discurre  toda su obra y la imposibilidad de resolver el misterio con los recursos aprendidos en una existencia breve y limitada, que intenta conocer lo absoluto a partir de los extremos físicos e intangibles, lo impulsan a una búsqueda más allá de la ciencia formal hacia los misticismos del mundo oriental, mitos y configuraciones del pensamientos divergentes a los del mundo moderno-occidental.
En el Aleph las formas de captar las escurridizas luces del misterio se disputan entre los egos y la creatividad. En el Libro de arena la responsabilidad y obsesión de comprender ese misterio enloquece a quien intenta poseerlo.

Julio, 2019

sábado, 11 de agosto de 2018

Integración versus espacios de resistencia juvenil

En estos nuevos aprendizajes, al asumir la dirección de un programa de tratamiento del consumo de drogas para adolescentes infractores de ley, varias son las dudas que me asaltan, que brotan de nuevos lenguajes disciplinarios e institucionales. El marco más amplio es el de un programa de sanción que tiene como propósito modelar los comportamientos de jóvenes, que se encuentran cumpliendo una sanción y brindarles apoyo  mostrando caminos y formas  hacia la integración social,  y la reducción del consumo problemático y dependencia a sus adicciones.
El concepto de integración social presupone un contexto pre-existente al cual se debe  integrar, es decir, transitar de una posición social de no integrado o excluído a ser un sujeto integrado, incluido que adopta valores, normas, costumbres y expectativas deseables y funcionales al contexto del cual no formaba parte, o al menos no de la  manera adecuada.
Sin embargo se está considerando que en ese estar excluído al sistema social más amplio sujeto a un orden jurídico, también existen subculturas con micro ordenamientos, dinámicas interaccionales, que si bien no se encuentras explicitadas en códigos o protocolos formales, están regidas por ciertos valores,  roles y funciones. ¿Se considera que estos jóvenes tuvieron que ganar un lugar dentro de ese contexto de exclusión?

¿Y qué hay de ellos, sus mundos de la vida y las construcciones previas?, sus trayectorias de vida en muchos casos dolorosas y  del daño adquirido, experiencias traumáticas, marginalidad, violencias, que finalmente decantan en comportamientos trasgresores y oposicionistas, en la comisión de  delitos que de acuerdo a la evidencia están muy vinculados al consumo de drogas, principalmente alcohol,  marihuana, cocaína y  benzodiazepinas.
 Las manifestaciones de este daño tienen varios rostros:  el desarrollo de habilidades y estrategias de sobrevivencia, adaptativas y trasgresoras, la búsqueda y exploración de la alteración de los estados de conciencia,  a través de consumos anestesiantes, la desconexión emocional, y  junto con ello comportamientos gananciales, narcisistas, egocentrados y antisociales, la validación entre pares de algunos de estos comportamientos, puestos en contextos subculturales juveniles.
Revisando algunas fichas que contienen las historias de vida,  es recurrente la vinculación con instituciones desde muy temprana infancia, vidas con prótesis, una ortopedia institucional construida en un primer momento para suplir y contrarrestar las ausencias y  negligencias de los sistemas ecológicos que envuelven a la infancia, y  posteriormente en la adolescencia y juventud,  para frenar la criminalidad y contener el desborde de esas vidas que van quedando fuera del mundo legal y dentro de subórdenes con un sustrato normativo infractor de ley.

Entonces, ¿Qué mostrarles?, ¿formas de adquirir la otra conciencia?, o el descubrimiento de ellos mismos, o lo amigable, el lado bueno de la sociedad. Los profesionales, equipo interventor ¿deben iluminar esos espacios, deben  construir un micro-espacio social adecuado al potencial de integración de los jóvenes?.





viernes, 3 de agosto de 2018

Futuras distinciones ampararán a lo comunitario

En  la actualidad, abundan  los discursos y consideraciones respecto de la necesidad de trabajar de forma articulada, complementaria, interdisciplinaria, multidisciplinaria, solidaria, cooperativista, en fin, un sinnúmero de adjetivos que apuntan a la necesidad de fortalecer el trabajo en equipo, énfasis que de por sí  presupone una tendencia a la  fragmentación y primacía de la individualidad *.
En este marco desarrollo aquí una serie de reflexiones respecto de las formas de  reconocer y distinguir méritos  profesionales y técnicos vinculados a  los desempeños laborales o académicos, procesos  que revisten mayor notoriedad en momentos de transición laboral, o de estudios de especialización, que en efecto, es cuando  más valen los pergaminos, medallas y laureles  que cada quien lleva sobre sí mismo.

Surge de la intención de  analizar de manera crítica  los mecanismos institucionalizados  de reconocimiento  del logro individual, los que están  asociados a criterios de validación y valoración que circunscriben y recortan al sujeto  en su sola  unicidad consigo mismo, quien pareciera que  en su trayecto vital va superando etapas y abriéndose caminos en medio de la soledad y la nada, desconociendo que muchos de esos logros y méritos son fruto de las  interacciones sostenidas con los  sujetos próximos. Que muchas (sino todas) las ideas surgen de conversaciones sostenidas en las vivencias compartidas, en el trabajo colaborativo, co-construido  y mancomunado de los equipos y grupos de trabajo en el contexto de la construcción de confianzas y de la orientación a propósitos colectivos y compromisos compartidos.

En este contexto, una forma distinta de concebir el logro sugiere la necesidad de cambiar, transformar las formas de evaluación de desempeños individuales,  mediante criterios que valoren y validen la participación activa  y colaborativa en grupos y equipos de trabajo, la capacidad de superar conflictos y de mantener propósitos y compromisos colectivos a largo de las trayectorias de vida de las personas.
Y es que desde mi experiencia personal,  veo que uno de los grandes problemas para desarrollar trabajo en equipo es el personalismo y los egos que encuentran un lugar de validación justamente en el alzarse por sobre los otros, en la sensación acechante, de que alguien tendrá que llenar el único cupo del éxito, en la competencia que adquiere formas de inseguridades, desconfianzas, hostilidades y frustraciones. Es esta una coerción estructural, donde los sujetos integrados debemos ajustarnos y adoptar lógicas de diferenciación y competencia,  lo he visto en el mundo laboral institucional,  y en el mundo académico donde es aún más acentuado;  la individuación y el éxito quedan amparados en carreras eminentemente individuales y por tanto, egocentradas. 

En resumen, se plantea entonces  que esta naturaleza social de los seres humanos y de la producción de conocimiento y de subjetividades queda subsumida, aletargada  y suprimida en estructuras y dinámicas  sociales donde prima la individuación y diferenciación de los sujetos, la demarcación parcelada de los logros, dejando fuera la génesis compleja de la creación conjunta.
En este marco es necesaria la pregunta sobre el llamado  logro individual, justamente, qué tanto de individual tiene y qué tanto de colectivo.
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Desde  las ciencias sociales históricamente se ha puesto de relieve la naturaleza profundamente social de lo seres humanos, la construcción social del conocimiento, los procesos de socialización, intersubjetividad y ecología de los sistemas sociales donde se configura la persona y su identidad personal y relacional. Asimismo, desde la otra orilla, los hallazgos de la neurobiología en las últimas décadas han develado el modelaje social  de la biología, la plasticidad neurológica, el descubrimiento de las neuronas espejo,  la modulación cultural de las emociones,y la empatía como aglutinador social que permite la generación de vínculos de solidaridad que estaría grabada en nuestra especie. Todo ello ha abierto un campo de indagación y producción de conocimiento intersticial y coherente con una concepción compleja y dinámica de la realidad.
A pesar de toda esta  evidencia que revierte una de las dicotomías fundantes de occidente:  la separación sujeto-comunidad, los mecanismos de validación y reconocimiento siguen individualizando el logro, lo que se expresa de forma concreta en la construcción de los curriculum, compendios de estas trayectorias individuales que, formulados en primera persona, presentan y ofrecen a las instituciones a un sujeto protagónico, escindido del soporte humano, organizacional y comunitario  que, en muchos casos, hicieron posible el desarrollo y realización de sí mismo.

Entonces, por qué no propiciar los espacios para el reconocimiento del trabajo colaborativo que sustenta y enmarca a las trayectorias de realización profesional y académica individual?,  ¿por qué no intentar nuevas formas de reconocimiento y valoración del logro colectivo? pienso e imagino nuevas formas de reconocimiento amparadas en el funcionamiento grupal, en la producción creativa y comprometida del colectivo y de aquellos grupos y equipos de trabajo que llegan a conformar comunidades de aprendizaje y de producción creativa.
Imagino algo así como un sistema de reconocimiento por un lado, de los logros desarrollados por la persona  en el trabajo grupal y por otro lado,  de haber pertenecido, formado parte de equipos/grupos de trabajo distinguidos: ¿cuántas estrellas tienes por relacionarte de manera empática, colaborativa, creativa y proactiva? ¿Haz participado en grupos de trabajo con alguna de estas distinciones?

Gabriela Garcés, Agosto, 2018.

* Esta  tension se vincula  no sólo con la neoliberalización de estos espacios de trabajo, sino que de la vida interna misma, pero en esta oportunidad no ahondaré en ese aspecto más filosófico,


domingo, 29 de julio de 2018

La vida en flujo

La vida es un fluir de subjetividades, de deseos, de sanaciones, de errores, emociones y encuentros. ¿Qué es lograr una meta?, sólo es proyectar un camino, es encontrarse consigo mismo, es abrir un espacio para la existencia en sincronía con una historia, con una biografía, es darle sentido a la experiencia. Un logro es un tramo del camino, el interludio para la sanación profunda de una herida. Por eso no es un premio, ni una ganancia anclada a un ego, ni puede significar alcanzar un lugar o un espacio protegido y estático, sino es ahondar en el conocimiento de sí mismo, es tomar seguridad sobre los pasos y abrir nuevas preguntas, finalmente es tener más seguridad de querer responder esas preguntas.

sábado, 26 de mayo de 2018

Sobre transición paradigmática

"Cómo se puede seguir viendo al mundo como algo real, si el yo que establece que es real, es intangible". (Frase recogida del documental ¿Y tú qué sabes?)

Desde qué paradigma observamos el mundo, es que aún somos reflejo cognitivo de la física mecanicista, cuyas verdades prevalecieron por tres siglos en nuestra humanidad. Aún observamos, seleccionamos y construimos el mundo bajo sus dictámenes de lo tangible, lo regular, estable y externo a nuestra experiencia?
Y si tal vez lo comenzamos a observar de manera cuántica, qué significa observar el mundo desde este nuevo paradigma?. Estaremos aún en la transición de miradas, aprendiendo un nuevo lenguaje, una nueva cognición?
O tal vez ya estamos cambiando de visor y si es así, ¿qué es lo  transformado?, cómo es esta nueva representación del mundo?, qué dimensiones han aparecido en nuestra nueva realidad?


INTUICIÓN, EXPERIENCIA, EMPATÍA, CONEXIÓN, CUERPO Y EMOCIÓN. 

El universo físico se vuelve pequeño, intrascendente.

La mecánica cuántica abre nuevos horizontes y dimensiones de lo real, pero la ciencia puede que haya dejado de ser el motor paradigmático y constructor de realidades. Hoy por hoy, en la posmodernidad la economía construye las nuevas miradas del mundo...
La ciencia al servicio de la ambición y del interés individual nos ha llevado a este callejón sin salida, pero la naturaleza de lo real no es su patrimonio exclusivo.

Otras culturas y otras ciencias han revelado las mismas intuiciones


¿Por qué la tecnología no se pone al servicio de lo auténtico?¿podrá sintonizar con una utopía de la hermandad de las especies?

martes, 13 de febrero de 2018

Mundos Aparte - Simplificación de la Vida y Conciencia de proceso

El mundo se ha vuelto muy complejo para comprenderlo a partir de la simple experiencia vivida, que a su vez se basa y origina en la complejidad del mundo post /transmoderno. Experiencia que justamente ha sido simplificada, revestida de comodidad y entretenida con luces voladoras de vitrinas y melodías de consumo, rutinas, espectáculos, viajes y medios de pago. Estas experiencias constituyen formas de vida clausuradas, artificialmente apartadas de su matriz;  así como los llamativos colores, formas y diseños de los tejidos de indochina difícilmente por sí mismos reflejan la realidad de precariedad y explotación infantil que les da origen, es impensable que el estilo de vida prototípico de nuestra sociedad en todas sus variantes,  refleje o recuerde dinámicas de desigualdad y violencia estructural.
El fin justifica los medios para el pensamiento renacentista y liberal del siglo XVI, en tiempos en que el capitalismo se consolidaba sobre la conformación de los Estados Nacionales en Europa, el fin era el poder que se ejercía sobre un territorio haciendo posible la competición y primacía de un Estado por sobre otros, brindando un bienestar a quienes habitaban dentro de esa jurisdicción, es decir, el fin se asociaba con el interés y bienestar de alguna población asociada a alguna identidad nacional-territorial (por reducida que esta fuera). Esta premisa extrapolada a nuestra  época adquiere un matiz diferente, una vez expandido el mercado y consolidado en el sistema-mundo, el fin justifica los medios para el interés y/o bienestar  de alguna población esta vez anónima y de base no territorial, beneficiarios que viven  los privilegios, en su mayor parte heredados de forma transgeneracional,  mientras la otra población conformaría los medios justificantes, distribuidos en un espectro de niveles con mecanismos de conformidad ad hoc.
El bienestar como concepto acuñado en el marco de un proyecto político de connotación colectiva,  en la actualidad se diluye al desprenderse de estas asunciones y pasa a conformar un valor de naturaleza individual, el interés individual entonces, reclama y adquiere pretensión de validez, de legítima razón, de justificación de medios.

La simplificación de la vida, como mecanismo de conformidad ad hoc,  es decir, como recurso funcional a ciertos fines en que las tecnologías tienen un papel fundante,  requiere de los sujetos y colectivos obediencia, conformidad y censura. Por obediencia se entiende el acatamiento de un límite auto-impuesto que toma la forma de desinterés por comprender (la panorámica completa) y de conformidad con la forma de vida y (parcela de) realidad vivida. En esta censura hay un ejercicio de negación, de lobotomía autoinflingida o de esclavitud autoinducida, en la línea de lo planteado por Byung- Chul Han, que primero se desentiende y luego anula la conciencia de proceso, de la matriz de origen de las formas de vida y de la experiencia vivida.

Lo anterior en buena medida es observable en el hecho de que la comprensión de la complejidad del mundo actual no es puesta a disposición de todas las personas por igual:  Si una buena parte de los sistemas educacionales, donde se selecciona lo considerado relevante a ser traspasado a las generaciones siguientes,  no brindan las herramientas necesarias para comprender desde una perspectiva histórica-procesual e integrada la complejidad de la experiencia de vida en un entorno social, económico,  medioambiental, tecnológico, es porque ese desconocimiento es necesario para el funcionamiento del sistema-mundo y su distribución de poder. Este análisis está lejos de ser novedoso,  pero en sus efectos resulta interesante observar cómo estas lógicas de encubrimiento y censura, capturadas y moduladas por el sentido común, dan cuerpo y performan  acciones  e interacciones cotidianas; en la modalidad de prejuicio, estigma, apatía y discriminación que lubrican  los mecanismos y engranajes de la diferenciación social.

En primer lugar, es posible observar  la naturalización  de un sustrato ético-moral enraizado a esta lógica de simplificación y practicidad, por ejemplo la tendencia de asociar lo bueno, óptimo o deseable con la capacidad de poder adquisitivo de personas y  grupos sociales de pertenencia,  omitiendo una serie de dinámicas socio-históricas, es una operación que el sentido común realiza de forma casi automática, instantánea. Así como la mujer aprende a jugar las cartas del patriarcado y hace uso de esas reglas para sus intereses individuales, así como resulta más fácil mirar con desconfianza la inmigración internacional. Estas operaciones simplificadoras posicionan a los sujetos, en la mayoría de los casos ficticiamente del lado del poder y de los fines del sistema. Es una fórmula más fácil, evasiva, apegada a la sonrisa y al goce. La conciencia práctica que se adapta y lubrica a las condiciones estructurales, se sobrepone al cuestionamiento ético, desplazando a la compasión, empatía por la funcionalidad.

Para los sujetos simplificados y simplificadores, la acción de contrapartida es percibida como conflictividad, amargura  e incluso mal gusto. Adoptando un juicio moral desprendido de su procedencia socio-histórica y económica, como señala Irene Nemirovsky, en su novela El Maestro de Almas, donde un inmigrante griego de ascendencia árabe,  describe su asombro al conocer a una mujer francesa de la alta burguesía:   la diferencia (entre ella y tu), se reduce sólo a que ella pertenece a una raza que durante siglos ha sido preservada del hambre, que no ha tenido que ingeniárselas para comer, como nuestros padres y nosotros, y que puede permitirse el lujo del desinterés y el honor, a diferencia nuestra. (...) Yo nunca había visto eso. Un ser humano sin vanidad, sin egoísmo ni avaricia, para quien el dinero y los bienes de este mundo no significan nada. [op.cit, 2017:77).
La conciencia acritica eventualmente puede confundirse con una estética y valoración propia de la clase dominante, las filosofías zen y orientales podrían eventualmente y de forma superficial,  servir de ideología/filosofía de vida para esta simplificación de la vida.

La elegancia en evitar el conflicto es puesta en tensión con la vivencia misma en la sociedad latinoamericana.
Existen entonces síntomas generales de adecuación y divergencia ante la simplificación y clausura de origen: La vivencia politizada de América Latina y nuestras sociedades en vías al desarrollo,mediante propuestas de transmodernidad, epistemologías del sur que incorporan la comprensión de procesos históricos en desarrollo que son actualizados de forma cotidiana en las situaciones y escenarios socioculturales de interacción y socialización.


 Escapismo ilógico I Desperté abrumada,  no había alcanzado a resolver el dilema durante el sueño y aún tendría que esperar por una señal má...